He de decir que el día de ayer me ha dado fuerzas renovadas para escribir. Fue un domingo movidito, con dos sucesos desequilibrantes que culminaron con éxito: programa radiofónico / semifinal fútbol sala.
A las dos de la tarde tuve una cita con mis dos compañeros de "comunicación no verbal", Adrián y Juan. Por lo visto llevan a cabo un programa de radio: BUNKER RADIO-ACTIVO, en Radio Vallekas, y días atrás recibí la grata y no menos inesperada invitación para acudir a su programa. Os voy a confesar que para mí suponía un reto enorme, debido a mis complejos, mis inhibiciones, mi timidez...vamos, que estaba acojonada. Pero, por otro lado sentía esa sensación que seguro os a recorrido el cuerpo alguna vez, sí, la sensación de miedo mezclada con el placer, con el desafío y con las ganas de probar algo nuevo. Esa sensación que afortunadamente es más fuerte que cualquier miedo, me llevó a colaborar con ellos, a descubrirme a mí misma y a reinventarme. A adrián se le antojó que fuera, (él dijo que era un pálpito), no le voy a llevar la contraria. A mí se me antojó una locura...pero luego apareció esa sensación...¡lo sé! , ya lo he dicho antes.
Resulta que a las dos de la tarde de un domingo cualquiera me encuentro en la radio de Vallekas para hablar de grafología. Antes de que os perdáis demasiado os diré que actualmente estudio grafología, al igual que Adrián; somos dos apasionados de la escritura, de lo que dice a simple vista y lo que susurra a pie de lupa. Por suerte, a mi amiga y vallekana Esther también se le antojó venir, ante todo agradezco su compañía. Pues eso, ahí estábamos los cuatro dispuestos a hablar de grafología, bueno, algunos más que otros: Adri guiaba el programa con su admirable verborrea; Esther hacía de apoyo inestimable hablando de la integración social y de como ella misma integra su afición a la grafología en la enseñaza y en su visión de los otros; Juan planteaba su visión crítica de la grafología, no poco fundamentada; y yo intentaba desarrollar mis incipientes conocimientos en este campo para salir airosa del reto.
Al final el programa transcurrió mucho mejor de lo que podía imaginar, la hora se pasó volando y el intercambio de conocimientos fue apasionante. Agradezco a mis compañeros esta oportunidad que me han dado de sumergirme en una faceta desconocida para mí, pero que me ha resultado muy gratificante.
Aquí os dejo la pieza que falta para que el puzzle encaje: http://archive.org/details/GrafologaYCarcter
No debo terminar mi relato sin hablar del partido. Aprovechando el momento diré que me encanta el fútbol y que juego en una liga de distrito. Tengo unas compañeras estupendas, disfrutamos jugando y nos gusta ganar, como a todo el mundo. Ayer vivimos una semifinal y la superamos meritoriamente. El partido comenzó con mucha tensión, el nerviosismo se reflejaba en nuestras caras y en nuestros movimientos, torpes e inseguros. Finalizamos el primer tiempo perdiendo 1-2, no obstante, íbamos recuperando cierta seguridad, y sabíamos cómo escribir el final. El segundo tiempo lo afrontamos con mayor entereza y resistencia, nuestras mentes tenían el poder. Logramos empatar; poco después remontamos y empezamos a creernos superiores; conseguimos dos goles de distancia y nos alzamos con una holgada victoria: 5-2. La semana que viene culminamos con la final, todavía no hemos logrado superar ninguna, así que esta es nuestra oportunidad. A pesar de todo, para mí la final tuvo un sabor agridulce. Me alegro mucho, por supuesto, pero me sigue entristeciendo el hecho de que el entrenador no me valore suficiente y no confíe en mí para los partidos importantes. Yo también jugué, eso lo aclaro, pero poco tiempo. Pasé gran parte del partido en el banquillo y eso me produce una gran impotencia. Desde aquí, lo lea o no, insto al entrenador a que confíe más en mí, sólo necesito unos minutos más para demostrar lo que valgo.
Con esta mezcla de grafología y fútbol dejo plasmadas en el blog unas letras más, que, como ya sabéis, me encanta compartir con vosotros, mis lectores. Siento teneros tan abandonados, no siempre me fluye la creatividad cómo quisiera. Con mucho cariño para todos, especialmente para Juan, Adri, y Esther. También va para ti, Aroa, porque aunque no me creas, no hay maldad en mis actos.
