jueves, 3 de mayo de 2012

Seamos como niños

Es el mejor símil que he encontrado para hablar de la amistad en el sentido más puro, más genuino y más sano. Aún así tengo que aceptar que siempre habrá distintos puntos de vista. Como todo, la amistad es cosa de dos y los dos deben creer que ésta fluye en la misma dirección, de lo contrario se quedará estancada o se diluirá. Yo sigo creyendo en la amistad como algo esencial, como una forma de amor, como algo imperecedero... (¡Creamos en la amistad, cultivémosla y cuidémosla).



Seamos como niños.
¡Cómo los envidio!
Correr, saltar, gritar,
reír, hablar, tocar.

La vida es un juego
sin reglas, sin significados,
lo importante es jugar
y no quedarse parado.

Niños con niñas,
niñas con niños,
niñas con niñas,
niños con niños.

Todo vale, lo mismo da;
no hay barreras que estorben,
no hay hormonas que ensucien,
no hay prejuicios que aíslen.

Seamos como niños:
dame la mano, dame un abrazo,
escúpeme una bobada;

no interpretes lo que digo,
no pienses por qué lo hago,
no han germinado sentimientos amorosos,
estamos creciendo como niños.

Seamos amigos
de sangre, de babas,
no somos desconocidos,
nos une todo y nada.

Seamos como niños
que luego son amigos,
después son camaradas
y terminan tan unidos
que no se interpondrá nada.



Un abrazo muy fuerte a todos mis amigos; un abrazo a los que se han quedado por el camino; y un abrazo a mi amigo pasajero, que me ha aportado tanto en tan poco tiempo y al que siempre llevaré dentro.