lunes, 11 de noviembre de 2013

Éxito o fracaso

Siempre había soñado con triunfar, destacar, ser reconocido. El conformismo y la resignación no entraban en sus planes. Sentía una inexplicable repulsión por las personas que no luchaban por sus sueños. Aunque visto de otro modo, así se reducía el número de competidores.

Desde hacía poco tiempo estaba en primera división, cumpliendo así uno de sus grandes deseos. Su equipo tenía resultados modestos, pero para eso había llegado él, para que la trayectoria fuese directa hacia los primeros puestos de la clasificación. Las comodidades y los lujos se iban instalando en su nueva vida, silenciosos, con la familiaridad pasmosa del que siempre ha estado ahí.

Un rutinario día de entrenamiento, cuando se marchaba a casa en su nuevo deportivo, un niño escapó de la compañía de su padre y corrió hacia el coche gritando su nombre. Decidió detenerse, sorprendido por esta imagen. Bajó el cristal de la ventanilla, predispuesto a escuchar algún halago o a firmar un autógrafo.
- Quería ser como tú de mayor - soltó el chiquillo.
- ¿Y ya no quieres? - esbozó media sonrisa.
- No sé - contestó con cara de pena. Antes eras especial…ahora llevas el mismo coche que los demás. Algo se estremeció en su interior y empezó a comprender que lo que él veía como éxitos, también podían ser fracasos.


Y fue esa pequeña cosa, la que, en aquel contexto de estrellas y egos, le convenció de buscar una existencia más sencilla.