domingo, 17 de abril de 2016

Ser contigo


Jugar a seducir:
un roce, una caricia,
sutiles, contenidos.
Un beso húmedo,
un beso tierno,
calidez primaveral,
suspiro ligero.

Diálogo silencioso,
tu rostro me habla
expresivo, afligido;
cristalino, mar en calma.

Quiero sentirte con todos
los sentidos que poseo,
quiero poseerte sin creer
que te tengo.

Tu piel pegada a mi piel,
cálida, consciente,
tu aliento
en cada poro de mi cuerpo,
las hormonas, tu aroma…

Unidas por la misma cadencia
en un tempo perfecto,
acompasado,
saber que te presiento,
sentir que me veo
en tus ojos intensos.

Ese algo intangible,
ese ideal posible.

Desconozco la medida
del tiempo,
carcelario invento
pero fiable como el cuerpo.

Mi tiempo se detuvo en tus silencios,
se contuvo en tus labios,
se perdió en tus movimientos,
mi tiempo ya no es sólo mi tiempo…

Mis palabras son imprecisas,
no saben sentir;
mis emociones son difusas,
no saben mentir.
Mi corazón es joven y sabio,
miedoso y constante,
presente a cada latido.

Siéntelo cuando me toques,
óyelo cuando me beses,
caliéntate con su fuego
cuando estés conmigo
como bien tú sabes…

Quisiera ser contigo,
sólo ser.
Alargar ese deseo
de temor y anhelo,
demorar ese placer.

Quisiera robarte
en noche de luna eterna,
promesa delirante
de pasión y carne.