miércoles, 7 de febrero de 2018

Arrastrada por la vida


Esta vida que avanza irrefrenable
como una visión en túnel,
yo trato de asir todas las riendas
para que no vaya tan rápido;
tan sólo consigo ser arrastrada,
con violencia.

Y así quedo en mi parálisis corporal,
atenazada por el miedo,
con una mente en movimiento
y una brújula desorientada.

Busco ayuda con la mirada,
al salir de mi boca
silencios que no quiero,
mientras mi cuerpo gesticula
de forma espasmódica.

Cuido mi interior,
me subo a la conciencia,
aprendo de mis fallos
y evito ser tan necia.

Pero la vida me sigue arrastrando…

Mi cerebro se colapsa,
mis emociones estallan;
mi cuerpo se contrae,
afligido por la tensión.

Un bloqueo constante
con el que aún me peleo.
Y sigue haciéndose grande
un dolor incesante:
es la soledad eterna.

Este filtro de papel
por el que penetra lo ajeno,
agredido por los otros,
malherido por ser tan frágil.

Emociones intensas, profundas,
en un intento por ocultarlas
alimento mi bloqueo.

Atormentada por mi locura,
siempre es un alivio escribir:
a modo de vómito, expulso
los desechos que me lastran.


Quizá así me arrastre menos la vida...

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