sábado, 20 de mayo de 2017

En busca del flow


Cuando fluir se convierte en esencia,
y la esencia se deja entrever
en cada microgesto.

Me impongo trabas,
condicionantes que se repiten
sin estar en mi naturaleza.

Mi escudo choca con los demás,
y yo tan convencida
de mi apertura mental.

Busco la profundidad
desde la superficie,
lo real se distorsiona
desde mi prisma subjetivo.

Con un mantra fijo:
“actuar a pesar del miedo”,
pero asusta tanto…

La libertad está en la mente.
Y los muros invisibles,
¿cómo se derriban?

La amistad, la familia,
pilares básicos
de mi morada de papel.

El amor,
personificado en lo sensorial.
La idea del amor,
sinrazón del cuerpo.

Avanzo tambaleante
por el sendero
que me lleva a Ítaca,
lo tengo cerca,

ya se ve en el horizonte:
justo encima del mar
y debajo del sol vespertino.

Con marcha tranquila,
 práctica espiritual
y todo el alma
para guardar lo esencial
y desechar el resto.

La sensibilidad supura por
cada poro de mi cuerpo,
usarla a mi favor
es un puzle
que voy componiendo.

Lo demás viene solo,
fluyendo
como la música,
la química,
la poesía…


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